jueves, 12 de diciembre de 2019

Voces, letras, susurros, palabras...


Vengo de un tiempo golpeado,
de una tierra y un siglo, 
en el que, por mi condición de mujer
no me dejaron ser.

Tuve hijos 
y con ellos,
tormentos 
Tuve hijo
y, a veces,
una felicidad profunda.
Tuve marido.
Tuve padre 
hasta que lo exterminó
la pulmonía.
Tuve madre
que sufrió la orfandad y la viudez.

Hoy soy.
Sigo acá
entre fincas y cerros,
entre álamos y este río, 
eternamente pobre y flaco.
Sigo acá.

Soy mujer
soy otra,
más libre,
intento ir y venir a mi antojo
intento, cada día,
dejar las culpas 
las de la maternidad
las del matrimonio
las de ser hija.   

Puedo buscar, 
sentir,
amar,
llorar.
Puedo lastimarme las rodillas y el orgullo
sin quebrar el amor propio.

Estoy acá.
Soy en la sangre de mi descendencia.
Soy mi tataranieta. 
Soy todas.

Vengo a hablar.
A gritar lo que no pude, 
porque nadie entendía 
detrás de las mordazas del patriarcado.
Vengo a llorar por las muertas, 
las golpeadas, 
las negadas, 
las madres niñas de quince hijos
las madres de machistas controladores.

Vengo a poner voz.
a las del pasado y a las del presente.
Vengo a exclamar 
lo que sueño
lo que busco.
Vengo a desnudar
sobre la tierra húmeda,
un cuerpo con género y sexo,
al que no le importa ni el género, ni el sexo.
Al que le importa
el amor, 
los encuentros,
la ternura, 
el lugar cómodo para los que quieran estar.

Vengo a poner palabras y sentires y silencios

¡Bienvenidos aquellos que quieran leer sin juzgar!

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